Educador ambiental por formación y por vocación; entregado en cuerpo y alma al mundo de las plantas, vinculado a ellas desde siempre; curioso por naturaleza o mejor todavía, gracias a ella. Hijo de la tierra y amante del mar. Cultivado entre surcos y acequias milenarias que forman el paisaje de su memoria. Semilla alada siempre dispuesta a volar y a crecer