Organizado por la Universitat Politècnica de València (UPV), el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Sociedad Española de Ciencias Hortícolas (SECH), el XVIII Congreso Nacional de Ciencias Hortícolas tuvo como objetivo fomentar la difusión del conocimiento, el debate académico y la colaboración entre investigadores, empresas e instituciones. En este contexto, el I Congreso Predoctoral de Ciencias Hortícolas busca promover la participación activa de los doctorandos y potenciar sus competencias en comunicación científica.
El Curso de Poscosecha de la UPV otorgó recientemente un reconocimiento a la excelencia científica joven, premiando las mejores presentaciones orales del Congreso. Cada una de las dos salas de presentación contó con un premio dotado con 500 euros y una matrícula gratuita para el IX Curso de Tecnología Poscosecha de Cítricos y Cultivos Emergentes en la Región Mediterránea, que se impartirá en la UPV entre enero y marzo de 2026. Con esta iniciativa, Poscosecha.com y la UPV refuerzan su compromiso con la innovación y el impulso a las nuevas generaciones de investigadores hortícolas.
En esta edición, los premios han recaído en dos jóvenes investigadoras cuyas propuestas destacaron por su rigor científico, claridad expositiva y relevancia en el contexto actual de la horticultura sostenible.
María Tasa i Candela, del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), fue reconocida por su estudio sobre la evaluación del uso de malla de sombreo como estrategia para adaptar el cultivo del aguacate a las condiciones mediterráneas.
Por su parte, Laura Marín Durán, de la Universidad Politécnica de Cartagena, obtuvo el galardón por su trabajo centrado en el efecto de la bioestimulación y el riego de precisión sobre la actividad enzimática del suelo y el rendimiento del tomate cultivado bajo invernadero.
A continuación, ofrecemos un resumen de ambos trabajos premiados:
M. Tasa, E. Badal, A. Játiva, M.A. Martínez-Gimeno, J.G Pérez-Pérez, D. Guerra, F. Sanz, L. Bonet
El aguacate, una especie originaria de ambientes con baja amplitud térmica y alta humedad, enfrenta estrés hídrico y fotoinhibición cuando se cultiva en la región mediterránea, especialmente en verano. Para mitigar estos efectos, se evaluó el uso de mallas de sombreo, una técnica que modifica el microclima al reducir radiación y viento, tradicionalmente usada en otros cultivos como el níspero.
El estudio, desarrollado entre 2022 y 2024 en Callosa d’en Sarrià (Alicante), comparó aguacates cultivados al aire libre y bajo malla, manteniendo un riego uniforme según la evapotranspiración. Se observaron reducciones significativas en la radiación y temperatura bajo la malla, así como una mayor conductancia estomática y transpiración, indicadores de un mejor estado hídrico del cultivo.
Sin embargo, a pesar de estas mejoras fisiológicas, el rendimiento fue menor en los árboles bajo malla, probablemente debido a una menor polinización causada por la restricción de la circulación libre de polinizadores durante la floración. Estos hallazgos sugieren que, aunque la malla mejora el microclima, se debe optimizar la gestión para no comprometer la producción.
Laura Marín-Durán, Pablo Berríos, Susana Zapata-García, Abdelmalek Temnani, Raúl Pérez-López, Claudia Monllor, Alejandro Pérez-Pastor
La escasez hídrica en el sur de España exige innovaciones en la gestión del agua para cultivos intensivos como el tomate. Este estudio evaluó una estrategia combinada de riego de precisión, basado en sensores que monitorizan en tiempo real el agotamiento del agua en el suelo, junto con la aplicación de bioestimulantes derivados de extractos de algas (Ascophyllum nodosum).
Dos tratamientos fueron comparados: un riego tradicional basado en la evapotranspiración del cultivo (FARM) y otro ajustado al agotamiento máximo permisible en función de la fenología, complementado con bioestimulación (BIO). La estrategia BIO logró un ahorro del 20,6% en el agua utilizada sin reducir la productividad del tomate, manteniéndose un rendimiento cercano a 6,77 kg/m².
Además, el tratamiento BIO mejoró significativamente la actividad enzimática del suelo, en particular ureasa y fosfatasa, claves para la mineralización y disponibilidad de nutrientes, favoreciendo la salud del suelo y la eficiencia nutricional del cultivo. Estos resultados validan que la combinación de riego de precisión y bioestimulación es una herramienta efectiva para optimizar el uso del agua y mantener la productividad bajo condiciones restrictivas.
Ambos trabajos destacan la importancia de estrategias integradas para adaptar y optimizar cultivos hortícolas en entornos mediterráneos con limitaciones hídricas y climáticas, apoyando la sostenibilidad y resiliencia del sector. Felicitamos a María Tasa i Candela y Laura Marín Durán por sus valiosas contribuciones científicas.