El encuentro del Circuito Planeta Agro 2025, celebrado en Valencia, situó a la poscosecha en el centro del debate sobre el futuro del sector agroalimentario. En un contexto marcado por la transformación tecnológica, la presión del cambio climático y las nuevas exigencias del mercado europeo, los expertos coincidieron en que la innovación debe pasar de ser un conjunto de iniciativas aisladas a constituir una estrategia integral que abarque toda la cadena, desde el campo hasta el almacén y la comercialización.
En la mesa participaron Constanza Rubio (UPV), Alejandro Tena (IVIA), Regina Monsalve (Intereco), Inma Sanfeliu (Comité de Gestión de Cítricos), José Pellicer (BIOVEGEN) y Mercedes Iborra (VisualNACert), quienes destacaron la necesidad de reforzar la colaboración entre investigación y empresa para responder con mayor rapidez y eficacia a los desafíos actuales. La transferencia de conocimiento, subrayaron, se ha convertido en una condición indispensable para garantizar la competitividad del sector poscosecha.
Uno de los temas que concentró más atención fue la escasez de mano de obra, un problema que afecta de forma directa a la operatividad de los almacenes hortofrutícolas. Ante esta situación, los ponentes coincidieron en que la automatización y la robotización son ya esenciales para asegurar el ritmo de confección, mejorar la eficiencia y mantener los estándares de calidad que exigen los mercados. Tecnologías como la visión artificial, los calibradores inteligentes, la sensorización avanzada o los robots de encajado se consolidan como herramientas críticas en un sector que necesita agilizar procesos y reducir su dependencia de tareas manuales difíciles de cubrir.
La digitalización se presentó como otro de los pilares sobre los que deberá apoyarse la poscosecha en los próximos años. El uso de datos para anticipar volúmenes de entrada, evaluar riesgos de plagas o clima, ajustar la conservación de la fruta o mejorar la trazabilidad permite avanzar hacia una gestión más eficiente de los recursos. Programas europeos como Horizon están contribuyendo a impulsar soluciones que integran predicciones climáticas, modelización agronómica y optimización logística, facilitando una toma de decisiones más precisa tanto en campo como en almacén.
El cambio climático y la globalización fueron señalados como factores que están alterando de manera significativa la operativa poscosecha. Eventos extremos como la reciente DANA, el aumento de temperaturas o la llegada de nuevas plagas complican la gestión de la calidad y la conservación de la fruta. Frente a este escenario, la investigación adquiere un papel determinante.
El IVIA, cuyos científicos figuran entre los más citados del mundo según la Universidad de Stanford, presentó avances en mejora genética, sanidad vegetal y tecnologías de conservación que permitirán desarrollar variedades más resilientes y adaptadas a condiciones climáticas cada vez más exigentes.
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En este ámbito, también tuvo relevancia la presentación de la Fundación Maria Badenes, que impulsará 30 becas de doctorado para jóvenes investigadores con el objetivo de fortalecer la ciencia aplicada y favorecer la llegada de talento al sector. Los participantes coincidieron en que uno de los grandes retos es precisamente el generacional: atraer perfiles híbridos que combinen conocimientos agronómicos con competencias en digitalización, análisis de datos, automatización y sostenibilidad. Una formación más alineada con las necesidades reales de los almacenes y empresas tecnológicas será clave para asegurar la continuidad del sector.
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El auge del consumo de productos ecológicos en Europa y el crecimiento sostenido de las exportaciones fueron otros de los temas destacados. La normativa ecológica implica exigencias específicas en manipulación, limpieza, tratamientos y trazabilidad, lo que obliga a los almacenes a adaptar procesos y disponer de líneas compatibles. Según Intereco, la profesionalización y el cumplimiento riguroso de estas normas serán fundamentales para mantener la confianza del consumidor europeo.
La jornada concluyó con un mensaje compartido: el futuro de la poscosecha dependerá de la capacidad del sector para generar sinergias entre empresas, centros tecnológicos, universidades y administración. La combinación de innovación, investigación, digitalización y formación especializada será determinante para afrontar con éxito un escenario en el que los desafíos —climáticos, tecnológicos y de mercado— son cada vez más complejos, pero también en el que se abren nuevas oportunidades para quienes estén preparados para aprovecharlas.
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