El producto hortofrutícola fresco es delicado y altamente perecedero, por lo que su conservación durante la cadena logística es un desafío constante para productores y distribuidores. Los envases diseñados específicamente para la agricultura, como los fabricados en poliestireno expandido (EPS) y polipropileno expandido (EPP), se han convertido en la opción óptima para garantizar que frutas y hortalizas lleguen al consumidor final con su integridad, textura y calidad nutricional intactas. Estos materiales prolongan la durabilidad del producto, retrasando la formación de etileno y disminuyendo la incidencia de daños en piel y pulpa.
Los envases agrícolas de EPS ofrecen beneficios clave para el sector:
Protección
Su estructura permite la amortiguación de golpes y vibraciones, reduciendo las mermas y el desperdicio alimentario.
Aislamiento térmico
Gracias a sus propiedades isotérmicas, prolonga el efecto del Hydrocooling y evita el sobrecalentamiento que provoca deterioros prematuros en los alimentos frescos.
Ligereza
El EPS está compuesto por un 98% de aire, lo que facilita la manipulación manual, el apilamiento y reduce considerablemente los costes de transporte.
Reciclabilidad
Se trata de un monomaterial 100% reciclable, alineado con normativas como el PPWR y compatible con el uso de materia prima reciclada.
Estas soluciones se están extendiendo entre productores, cooperativas y distribuidores que buscan envases capaces de preservar el valor del producto hortofrutícola, protegerlo en todo momento y al mismo tiempo reducir el impacto ambiental.