La banana es una fruta climatérica altamente sensible tras la cosecha: continúa respirando y madurando, lo que la hace vulnerable a variaciones de temperatura, humedad, ventilación y exposición al etileno. Un mal manejo en esta etapa provoca pérdidas poscosecha, falta de uniformidad de color y textura, y mayor merma para productores y distribuidores. Buena parte de las mermas en la cadena de valor de la banana ocurre por una gestión insuficientemente precisa de la temperatura y ventilación en transporte y maduración.
Por ello, el principal desafío del sector es asegurar un entorno controlado y homogéneo, en el que cada palé y cada pieza de fruta madure al mismo ritmo.
Estudios de dinámica de fluidos y enfriamiento forzado demuestran que, cuando el aire frío circula por los huecos entre palés en lugar de atravesar la fruta, se generan gradientes térmicos que derivan en maduración desigual y, con ello, pérdida de calidad. La uniformidad del flujo de aire es, por tanto, un factor determinante en la fisiología poscosecha de la banana.
La tecnología de maduración ULTIMO de Interko está diseñada específicamente para dirigir el flujo de aire por todas las cajas y palés, evitando el bypass y manteniendo unas condiciones uniformes en la cámara.
Sus cortinas laterales sellan los laterales de los palés y aseguran que:
Además, sus ventiladores REVERSO, de bajo consumo y reversibles, permiten alternar el sentido del flujo para reforzar la homogeneidad del proceso, mejorar la eficiencia y asegurar el máximo control del ambiente de maduración.

Invertir en tecnología de maduración avanzada tiene un efecto inmediato sobre:
En definitiva, Interko convierte los principios científicos de la poscosecha en tecnología industrial que aporta valor real al mercado de la banana.
