Aunque el aguacate y los cítricos comparten protagonismo en muchas fincas del litoral mediterráneo, sus necesidades nutricionales son muy diferentes. En Verchilab S.L., lo vemos a diario cuando analizamos hojas, suelos y aguas de riego para ajustar planes de abonado.
El aguacate es un cultivo más delicado, con raíces superficiales que no toleran el exceso de sales. Necesita dosis bajas pero constantes, con especial atención al nitrógeno (N) y a micronutrientes como el boro (B) o el zinc (Zn). En cambio, los cítricos responden mejor a fertilizaciones más generosas, sobre todo en etapas clave como el cuajado o el engorde del fruto.
Nuestros suelos mediterráneos suelen ser calizos y con pH alto. Esto es un problema para el aguacate, que se encuentra mucho más cómodo en suelos ligeramente ácidos y bien drenados. No es raro ver clorosis por falta de hierro o zinc, por eso a menudo recomendamos quelatos para suplir esas carencias.
En cítricos, el terreno se defiende mejor. Aun así, no hay que confiarse: el equilibrio entre calcio, magnesio y potasio puede romperse fácilmente, sobre todo con fertirrigación continua. Y ese desequilibrio acaba afectando a la producción.
El aguacate no lleva bien los excesos. Por eso, en riego localizado, se recomienda fraccionar mucho el aporte y controlar muy bien la conductividad eléctrica. Las sobrefertilizaciones no solo son ineficaces, sino que pueden perjudicar a la planta.
En cambio, los cítricos agradecen más “alegría” en el abonado, siempre que se adapte a su ciclo: un buen abonado de fondo en invierno, seguido de fertirrigación intensiva en primavera y verano, da buenos resultados si se hace con cabeza.
En nuestro laboratorio, analizamos cada semana hojas de aguacate y cítricos. Y algo que siempre decimos es: lo que es bueno para uno, no lo es necesariamente para el otro.
Los valores de referencia son distintos, y también su tolerancia a los excesos. El aguacate necesita más precisión, mientras que el cítrico permite algo más de margen de error. Pero en ambos casos, los análisis foliares marcan la diferencia entre un abonado genérico y uno realmente eficaz.
Con las nuevas exigencias legales, cada vez es más importante abonar de forma precisa. No se trata solo de ahorrar fertilizantes, sino de evitar la contaminación de acuíferos o la degradación del suelo.
En Verchilab ayudamos a los agricultores a afinar sus estrategias de abonado: desde la elección del fertilizante hasta el ajuste según análisis reales. Porque cada finca, cada cultivo y cada agua de riego es distinta, y merece una receta a medida.
A veces nos preguntan: “¿Puedo abonar el aguacate como lo hago con el naranjo?” La respuesta es clara: no. Cada cultivo tiene su carácter, su ritmo y sus exigencias.
La clave está en conocerlos, entender cómo se comportan en nuestro suelo y agua, y apoyarnos en análisis fiables. Así conseguimos una producción rentable, sana y sostenible.
Desde Verchilab S.L., estamos convencidos de que la nutrición vegetal de precisión no es el futuro: es el presente de una agricultura más inteligente.