Después de la cosecha, los virus, hongos y pesticidas deben eliminarse de los bulbos de las flores. No obstante, se están introduciendo normas más restrictivas respecto al vertido y la presencia de pesticidas en las aguas superficiales. Las autoridades reguladoras apuestan por el "vertido cero": un ciclo cerrado sin vertidos de aguas residuales en el medio ambiente.
W. y J. Schutte cultivan unas 170 hectáreas de bulbos de flores, incluidos tulipanes, lirios y gladiolos en su sede de Nagele, Países Bajos. La empresa apostó por un proyecto llamado
"Duurzame Waterkwaliteit" - "Calidad sostenible del agua" cuyo objetivo es evitar que se derrame una sola gota de los campos circundantes en las vías fluviales y en la tierra donde crecen los bulbos, para evitar la propagación de sustancias no deseadas. Además de reducir hongos y virus en el agua de enjuague, el objetivo también era eliminar las trazas de los productos fitosanitarios.
La reutilización del agua de lavado juega un papel importante en la solución de W. y J. Schutte. Las zanjas que rodean la tierra conducen el agua a un punto central, desde donde se transporta a un depósito de enjuague. El sistema completamente automatizado de
VAM WATERTECH purifica el agua del proceso. Para ello, elimina primero las pieles de bulbo, restos de raíces, tierra y otras partículas flotantes del agua. A continuación, quita gérmenes, virus, hongos y residuos de pesticidas. De esta manera se reduce la probabilidad de enfermedad, lo que a su vez favorece un menor uso de productos fitosanitarios y que el agua se use en otras actividades diferentes. Además, el consumo de agua también se minimiza.
El agua puede ser reutilizada en el proceso de enjuague, por el pulverizador en campo o para lavar la maquinaria.
"Los bulbos de las flores se desentierran junto con una cantidad relativamente grande de tierra, lo que requiere mucha agua de enjuague", dice el productor Jeroen Schutte.
“Si podemos garantizar que el agua esté libre de hongos y virus, se necesitan menos agentes de protección de los cultivos. Esto nos ayuda a mantener una alta calidad de los productos y cumplir con varios estándares ambientales. Incluso si surge una nueva forma de contaminación en el futuro, las buenas prácticas de higiene nos protegerán de ella”.