Paclife
Paclife

Paclife

Envasado

Envasado activo, tecnología clave para exportar frutas frescas con éxito

Paclife ofrece soluciones de envasado activo que transforma el envasado en un aliado estratégico que prolonga la vida útil, mantiene la calidad y asegura el cumplimiento de las exigencias del mercado internacional. Por Paola Canales de Paclife

Envasado activo de Paclife.png
11 Junio, 2025
Envasado

Tradicionalmente, el envase se consideraba un contenedor pasivo, cuyo rol era simplemente proteger físicamente el producto. Actualmente, este paradigma ha cambiado: el envasado activo transforma el empaque en un participante dinámico, capaz de interactuar con el contenido para extender la vida útil, mantener la inocuidad y preservar las cualidades organolépticas de frutas y verduras. En vez de limitarse a retrasar el deterioro, estos envases actúan activamente para controlar el ambiente interno. Esto resulta vital cuando los productos deben soportar viajes transcontinentales, almacenamientos prolongados o quiebres en la cadena de frío durante la exportación. 

Un ejemplo claro de innovación es el uso de atmósferas modificadas activas. A diferencia del envasado tradicional, donde se empaca con aire normal, las atmósferas modificadas ajustan la mezcla de gases (oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno principalmente) y regulan el vapor de agua, producto de la transpiración de la fruta y/o verdura dentro del empaque. ¿El objetivo? Reducir la respiración del producto y frenar su maduración. Por ejemplo, en berries y cerezas de exportación, un nivel elevado de CO₂ combinado con O₂ reducido desacelera los procesos metabólicos, manteniendo la frescura por más tiempo. Esta técnica, potenciada con films especiales, gana tiempo extra durante el transporte marítimo, asegurando que las frutas lleguen a destino en condiciones óptimas, incluso tras varias semanas de viaje.

 

Veamos ejemplos concretos

Para entender el impacto práctico del envasado activo, vale la pena revisar algunas aplicaciones puntuales que ya están revolucionando el manejo poscosecha:

Absorción de etileno para frutos climatéricos

Ciertas frutas como manzanas, kiwis o paltas emiten etileno, un gas que acelera su maduración. Los envases activos incorporan aditivos (como minerales tipo zeolita) que absorben el etileno en el interior del empaque. ¿Resultado? Se ralentiza la maduración y se prolonga la vida comercial. Por ejemplo, productores de kiwi han logrado extender su conservación hasta cerca de 120 días con envases activos, algo impensable con métodos tradicionales, permitiendo acceder a mercados lejanos sin sacrificar calidad.

Atmósfera modificada y control de humedad

Sabemos que en hortalizas de hoja fresca y flores comestibles, el equilibrio de gases y humedad es delicado. Las bolsas de atmósfera modificada con permeabilidad calculada mantienen niveles óptimos de O₂/CO₂ y vapor de agua, lo que reduce condensaciones, deshidratación y previene la degradación de textura y color. En ensaladas listas (IV gama), combinar films permeables con reguladores de humedad ha logrado duplicar la vida útil en góndola, conservando crocancia y frescura, a la vez que se minimiza el desperdicio por pudriciones. El concepto de activo se maneja a través de la permeabilidad propia de los envases MAP y su estructura de polímeros, que se ajusta mediante aditivos que aumentan o disminuyen el paso de gases. Un ejemplo claro es el caso de las cerezas en los envíos desde Chile a China, donde un control preciso de la permeabilidad y la estructura politécnica de los envases garantiza una mejor circulación de gases. Esto asegura una mayor estabilidad en las condiciones de almacenamiento, especialmente frente a desafíos como el aumento de la temperatura en contenedores o las ventas lentas en el mercado de destino.

Liberación controlada de compuestos antimicrobianos

Un gran desafío poscosecha son los hongos y bacterias que causan descomposiciones. Tecnologías de envasado activo incorporan aceites esenciales naturales (como orégano, tomillo o cítricos) y otros agentes antimicrobianos en la matriz del envase o en sachets. Estos compuestos se liberan gradualmente en el interior, inhibiendo el crecimiento de patógenos sin necesidad de agregar fungicidas tradicionales, así en fruta carozos como duraznos y ciruelas, se ha probado packaging con liberación de compuestos antifúngicos que redujo la incidencia de Botrytis manteniendo la calidad sensorial de la fruta durante el transporte. Si bien no elimina al 100% las enfermedades, sí gana días valiosos y reduce pérdidas, ayudando a cumplir con estándares sanitarios de mercados estrictos.

Protección en productos congelados

Aunque el frío detiene la maduración, los congelados de exportación como berries, espárragos, enfrentan otros desafíos: oxidación, quemaduras por frío y pérdida de sabor. En este ámbito, el envasado activo también aporta soluciones. Absorbedores de oxígeno en bolsas de productos congelados evitan la oxidación de pigmentos y grasas, preservando colores vivos y sabores naturales. A su vez, películas con barrera mejorada y control de humedad minimizan la formación de escarcha y cristales, manteniendo la calidad incluso si hay fluctuaciones leves de temperatura. Esto se traduce en vegetales congelados que llegan con mejor apariencia y valor nutritivo a su destino, incrementando la confianza del comprador en la cadena de suministro.

 

Ventaja competitiva y cumplimiento de exigencias del mercado

Incorporar envasado activo no es solo una decisión técnica, sino estratégica. En un mercado globalizado, donde Chile y otros países compiten por abastecer fruta fuera de estación a destinos lejanos, cada día extra de vida útil cuenta. Extender la frescura permite elegir rutas marítimas más lentas pero económicas en lugar de fletes aéreos costosos, optimizar la logística y reducir el impacto ambiental. Además, llegar con productos en mejor estado disminuye rechazos en destino y reclama menos seguros por pérdida, lo que mejora los márgenes de exportación. 

Por otro lado, los mercados y consumidores están elevando sus estándares. Supermercados en Europa, Asia y Norteamérica exigen que la fruta importada conserve sabor y textura casi como recién cosechada, y con frecuencia demandan menor uso de químicos postcosecha. Aquí, el envasado activo se convierte en un punto diferenciador: permite cumplir con protocolos de exportación más estrictos (por ejemplo, uvas sin residuos de sulfuro gracias a envases antifúngicos naturales) y aportar un valor agregado visible. Un empaque que garantiza frescura prolongada se traduce en confianza para el cliente final y en una imagen de marca innovadora y comprometida con la calidad. 

El envasado activo ha pasado de ser una curiosidad tecnológica a ser un pilar fundamental en la estrategia poscosecha de las empresas exportadoras. Su implementación exitosa derriba barreras logísticas, amplía la vida de frutas y verduras frescas o congeladas, y eleva la competitividad en un rubro cada vez más desafiante. Lejos de ser un costo adicional, estos envases representan una inversión que reduce desperdicios, abre mercados y protege la reputación de calidad de nuestros productos. 

En la carrera por llevar lo mejor del campo al mundo, adoptar el envasado activo no es solo prolongar la vida de un alimento: es prolongar la vigencia y liderazgo de toda una industria.

 

Sobre Paclife

La empresa PACLIFE surge del nombre asignado a una nueva generación de envases, de alta permeabilidad para la conservación de productos hortofrutícolas.

Se trata de envases activos, es decir que interactúan con los productos contenidos, logrando cambiar la atmósfera interna, aumentando en forma real la vida útil de las frutas y vegetales frescos, lo que se ha demostrado en forma fehaciente en las últimas temporadas exportadoras de la industria frutícola de Chile.

La tecnología aplicada corresponde a un desarrollo patentado por la empresa, que se manifiesta desde el sellado de la Bolsa PACLIFE, donde la fruta o vegetal continúa respirando, bajando la concentración de oxígeno e incrementando la de dióxido de carbono, dentro de la misma. De esta forma, se logra una atmósfera de equilibrio en el interior del envase, prolongando la vida útil de los productos, manteniendo su sabor y características organolépticas.

La empresa cuenta con numerosos ensayos y certificaciones que avalan lo enunciado.

Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Financiado por la Unión Europea