El negocio global de flores frescas para exportación representa actualmente un mercado de más de 39.000 millones de dólares anuales, con previsiones que superan los 51.000 millones hacia 2030. Este crecimiento refleja la expansión del consumo de flores en distintos continentes, impulsado por la demanda de productos de mayor calidad y por la mejora de los sistemas logísticos y de conservación que permiten mantener el buen estado de las flores a miles de kilómetros de su origen.
En este contexto, cada avance técnico en producción y poscosecha repercute directamente en la capacidad de los productores para abrir nuevos mercados y conservar la calidad hasta el destino final. Un ejemplo reciente es la primera exportación de peonías chilenas a Brasil, un hito relevante para la floricultura del país.
Un reto similar se observa en otros cultivos florales de exportación, como las rosas de verano, donde la tecnología del envase se ha convertido en un elemento clave. Ensayos realizados en Ecuador por Paclife, utilizando rosas envasadas en atmósfera modificada (MAP), han demostrado cómo un diseño adecuado de envase puede contribuir a mantener la calidad, reducir la deshidratación y prolongar la vida comercial de la flor.
En el estudio técnico llevado a cabo con rosas ecuatorianas, los envases Paclife Dynamic Clear —que incorporan nanotecnología con zeolita para controlar gases como el etileno— mostraron resultados superiores a los envases convencionales. Los tratamientos TA y TB, ambos con tecnología Paclife, mantuvieron niveles de deshidratación inferiores al 1% incluso después de 10 días de conservación, duplicando el tiempo habitual sin pérdida de peso ni daños visibles.
Durante la evaluación de vida en florero, las flores en envases Paclife registraron un 17% de pérdidas, frente al 22% de los envases tradicionales, que presentaron además mayor aparición de hongos y deshidratación. Estos resultados confirman la capacidad del envase técnico para controlar la humedad, reducir la respiración y evitar la condensación, contribuyendo a una flor de mejor aspecto y mayor durabilidad en destino.
La tecnología poscosecha está transformando la forma en que se conservan y comercializan las flores en los mercados internacionales. Los resultados obtenidos en los ensayos con rosas en Ecuador no solo ponen en valor la eficacia del envase técnico, sino también la importancia de la ciencia aplicada para mejorar la competitividad del sector.
El control de gases, la estabilidad de la humedad y la reducción de la deshidratación que ofrecen los envases Paclife Dynamic Clear representan un avance significativo para la exportación de flores frescas. Incorporar este tipo de soluciones en cultivos como las peonías permitirá extender su vida útil, reducir mermas y mantener su valor estético en mercados exigentes como el brasileño.
Con investigación, innovación y una orientación sostenible, Chile avanza hacia una floricultura moderna, donde la calidad del producto se apoya en tecnologías que garantizan su conservación desde el origen hasta el destino final.