Históricamente, la mecanización en el sector agroindustrial ha respondido a la necesidad de mejorar —o directamente sustituir— el trabajo humano. Hoy, factores como la escasez de personal, la falta de formación especializada y el incremento del 54 % en el salario mínimo en los últimos seis años hacen de la automatización una necesidad estratégica más que una opción.
En este contexto, Maf Roda propone un modelo basado en tres pilares fundamentales para optimizar costes y mejorar la calidad del proceso productivo:
La clasificación automatizada permite detectar y seleccionar los frutos con mayor precisión y velocidad que cualquier sistema manual. El sistema GLOBALSCAN 7, exclusivo en el mercado, emplea cámaras multiespectrales para captar todas las longitudes de onda y aplicar inteligencia artificial en la clasificación de los frutos. Evalúa aspectos como diámetro, color, forma, defectos externos y zonas blandas, determinando incluso el nivel de incidencia de cada imperfección.
Este sistema se complementa con el nuevo software Stonefruit QS, que destaca por su interfaz intuitiva y potente, facilitando la gestión operativa del proceso.
Para el análisis interno, como el grado Brix, se utiliza INSIGHT 2, una tecnología NIR (infrarrojo cercano) que permite evaluar hasta 22 frutos por segundo. Ofrece dos versiones:
Ambas versiones analizan 600 longitudes de onda, ofreciendo un perfil interno completo y fiable.
El sistema de trabajo tradicional, aunque cuidadoso, presenta limitaciones en eficiencia y gestión de calibres sobrantes. La implementación del precalibrado, especialmente en el marco de la Industria 4.0, permite abordar estos desafíos.
Pese a implicar una inversión inicial y una fase de trabajo adicional, el precalibrado mejora significativamente la productividad, reduce costes operativos y permite responder con mayor agilidad a la demanda comercial, al disponer de fruta lista para su confección y venta.
En ambos casos, el llenado de bins se realiza con precisión, y mediante sistemas como el microoleaje, la fruta es transferida suavemente con mínima intervención humana: solo se requieren dos operarios. Posteriormente, los bins son etiquetados y almacenados para su conservación.
Para mejorar la eficiencia del transporte interno, Maf Roda ha implementado vehículos de guiado automático (AGV), con versiones de rodillos o uñas tipo carretilla, capaces de operar durante 20 horas. Estos vehículos automatizan tareas clave, como el transporte entre calibradores y líneas de confección, reduciendo la necesidad de carretillas y personal.
En confección, la automatización se adapta a distintos niveles de necesidad mediante tres sistemas:
La automatización no es solo una respuesta a la escasez de mano de obra o al aumento de los costes, sino una palanca clave para impulsar la competitividad y sostenibilidad del sector agroindustrial. Desde la clasificación hasta la logística interna, el modelo propuesto por Maf Roda representa una transformación integral que optimiza procesos, garantiza calidad y mejora la rentabilidad.