La Universitat Politècnica de València acogió el pasado 23 de octubre el V Foro de BioProtección Vegetal – Horizonte Kaki: Nuevas respuestas para los nuevos retos, organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC) y PHYTOMA, con la colaboración de la Generalitat Valenciana. El encuentro reunió a técnicos, investigadores, productores y representantes institucionales en torno al cultivo del caqui, un sector clave para la agricultura valenciana y referente internacional en exportación de fruta fresca.
El acto inaugural contó con la participación de Vicente Tejedo, secretario autonómico de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca; M.ª Àngels Ramón-Llin, directora general de Producción Agraria y Ganadera; Emilio Martín Montijano, presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC); y Constanza Rubio Michavila, directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universitat Politècnica de València (ETSIAMN-UPV). La jornada fue conducida por Gustavo Bueso, redactor jefe de Phytoma-España. Todos coincidieron en la importancia de la innovación, la sostenibilidad y la colaboración entre investigación y productores para asegurar el futuro del cultivo.
Desde las primeras intervenciones, los ponentes coincidieron en que la mejora de la poscosecha será determinante para mantener el liderazgo mundial de España en la exportación de caqui y avanzar hacia nuevos destinos. El incremento de los requisitos de calidad y las largas distancias hacia mercados como China hacen necesario reforzar la investigación y la innovación en conservación, envasado y transporte.
Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki (AEKAKI), destacó:
“España es el principal exportador mundial, pero no podemos llegar a China si no mejoramos la poscosecha; sesenta días de barco hacen imposible mantener la calidad del fruto con los sistemas actuales”.
Rafael Perucho, gerente de la Denominación de Origen Protegida Kaki Ribera del Xúquer, recordó que España se ha convertido en el segundo productor mundial, solo por detrás de China, y en el primer país exportador. En su presentación mostró la evolución del cultivo, que ha pasado de menos de 20 millones de kilos en el año 2000 a más de 350 millones en la última década.
Aun así, subrayó que la reducción de superficie y la presión de plagas exigen una estrategia coordinada entre productores, administración e investigación para garantizar la sostenibilidad del sector.
Rafael Perucho subrayó:
“El crecimiento del caqui español ha sido extraordinario, pero ahora el reto es mantener su valor comercial mediante una gestión eficiente y sostenible”.

Rafael Perucho, gerente de la DOP Kaki Ribera del Xúquer, durante su intervención en el V Foro de BioProtección Vegetal – Horizonte Kak
El foro sirvió también para analizar otros factores que condicionan el futuro del caqui, desde la gestión de plagas clave hasta la innovación tecnológica en el manejo del cultivo. Durante la primera mesa redonda, investigadores del IVIA destacaron los avances en nutrición, fisiología y agricultura inteligente.
José Blasco, del Centro de Agroingeniería, explicó el potencial de los sensores LIDAR para estimar biomasa y ajustar la fertilización de forma precisa, mientras que Andrés Marzal presentó estudios sobre el papel del calcio en la abscisión prematura del fruto.
A lo largo de la jornada se evidenció que el sector afronta una etapa de transición en la que la sostenibilidad, la rentabilidad y la calidad poscosecha deben avanzar de manera conjunta. Las intervenciones de expertos del IVIA, Agrobio, Kenogard, UPL y BASF reforzaron la importancia de la innovación biotecnológica, el manejo integrado de plagas y las nuevas variedades adaptadas al cambio climático.
El V Foro de BioProtección Vegetal concluyó con una llamada a la cooperación entre todos los agentes de la cadena agroalimentaria. Los participantes coincidieron en que el futuro del caqui valenciano dependerá de la capacidad para integrar investigación, control biológico y tecnologías poscosecha que aseguren la calidad del producto desde el campo hasta los mercados internacionales.