La fruta fresca cortada se ha convertido en un básico de la alimentación moderna, ofreciendo al consumidor una opción saludable, lista para comer y adecuada a un ritmo de vida cada vez más acelerado. No obstante, mantener la calidad y la vida útil de estos productos es un reto considerable. Dos de los factores que más aceleran el deterioro en los envases de fruta fresca cortada son el etileno de herida y la acumulación de líquido en el fondo del envase. La RYPEN Pad de It’s Fresh está diseñada precisamente para abordar ambos problemas.
Cuando una fruta se corta, se produce un aumento de etileno, ya que el tejido responde al daño generado durante el procesado. Este incremento acelera la maduración y la senescencia en todo el envase, provocando decoloración, ablandamiento y una vida útil más corta.
A diferencia de la fruta entera, la fruta cortada es especialmente vulnerable: el proceso de corte rompe la estructura celular y aumenta tanto la producción de etileno como la sensibilidad de la fruta a este compuesto. Sin una acción correctora, la pérdida de calidad se acelera rápidamente.
Otro problema habitual es la acumulación de líquido en la parte inferior del envase, que aparece cuando la fruta libera humedad tras el corte. Además de resultar visualmente poco atractivo para el consumidor, este líquido favorece la proliferación microbiana y compromete la frescura y la seguridad del producto.
La RYPEN Pad es una solución discreta pero muy eficaz que se integra de forma sencilla en los envases de fruta fresca cortada. Su funcionamiento se basa en dos acciones clave:
La RYPEN Pad está diseñada para funcionar con los formatos de envasado ya existentes. No requiere modificaciones en las líneas de envasado ni en el diseño del envase, por lo que es una solución plug-and-play que aporta beneficios inmediatos sin alterar los procesos, una ventaja clave para productores y minoristas.
Al prolongar la vida útil y reducir el desperdicio, RYPEN contribuye tanto a los objetivos comerciales como a los medioambientales. Menos producto deteriorado implica menos devoluciones, mayor satisfacción del cliente y una huella de carbono más baja a lo largo de la cadena de suministro.