La podredumbre parda, causada por Monilinia fructicola, representa una de las principales amenazas para la conservación poscosecha del ciruelo japonés (Prunus salicina), provocando pérdidas económicas significativas a nivel mundial. Esta enfermedad fúngica afecta al fruto durante el almacenamiento y distribución, y su control ha dependido tradicionalmente del uso de fungicidas sintéticos.
La creciente preocupación por la seguridad alimentaria, la resistencia de los patógenos a los tratamientos convencionales y las exigencias del mercado en cuanto a residuos han impulsado la búsqueda de alternativas más sostenibles. Ante esta necesidad, un equipo de investigación del Centre de Tecnologia Postcollita (CTP) del IVIA, en colaboración con el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina), ha desarrollado recubrimientos comestibles con propiedades antifúngicas como parte de una estrategia integrada de manejo de enfermedades no contaminante (NPIDM).
Estos recubrimientos se han formulado a partir de una matriz de hidroximetilpropilcelulosa (HPMC) y cera de abejas (BW), combinados con diferentes ingredientes antifúngicos seleccionados tras rigurosas pruebas in vitro. Entre estos ingredientes se incluyen aditivos alimentarios reconocidos como seguros (GRAS) como el sorbato potásico, el metilparabeno sódico y el etilparabeno sódico, así como compuestos naturales con actividad antimicrobiana como el geraniol, el aceite de citronela y el extracto de mirra. Estos compuestos se eligieron por su eficacia previa frente a patógenos y su compatibilidad con formulaciones comestibles.
La eficacia de los recubrimientos se evaluó mediante ensayos in vivo en tres variedades comerciales de ciruelas: 'Friar', 'Larry Ann' y 'Black Gold'. Las frutas fueron inoculadas artificialmente con M. fructicola 24 horas antes del tratamiento y luego almacenadas a 20 °C durante un periodo de 8 a 10 días. Los resultados mostraron reducciones significativas de la incidencia y severidad de la podredumbre parda, con disminuciones que oscilaron entre el 50% y el 70% en comparación con los controles no tratados.
Posteriormente, se realizaron ensayos en condiciones de almacenamiento en frío para evaluar la estabilidad de los recubrimientos y su impacto en la calidad del fruto durante la conservación prolongada. Las variedades 'Friar' y 'Angeleno' se recubrieron con las formulaciones más prometedoras y se almacenaron a 1 °C y 90% de humedad relativa durante 3 a 6 semanas, seguidas de un periodo de vida útil simulado de 4 a 5 días a 20 °C. Se evaluaron parámetros clave como pérdida de peso, firmeza, color, contenido de sólidos solubles y acidez titulable, así como atributos sensoriales.
Las formulaciones que contenían 0,1% de metilparabeno sódico, 0,1% de etilparabeno sódico o 0,5% de extracto de mirra fueron las más eficaces, ya que lograron un control significativo de la podredumbre sin afectar negativamente la calidad físico-química ni sensorial de las ciruelas. Estas formulaciones demostraron una buena adherencia al fruto, estabilidad durante el almacenamiento y ausencia de efectos adversos.
Este trabajo representa un avance importante hacia el desarrollo de soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente para el control de enfermedades poscosecha. La posibilidad de incorporar estos recubrimientos comestibles en programas de producción con cero residuos o certificación ecológica responde a las exigencias de los consumidores y mercados internacionales cada vez más orientados hacia la sostenibilidad.
Palou, L., Alvarez, M. V., Taberner, V., Pérez-Gago, M. B. 2025. Antifungal edible coatings for postharvest control of plum brown rot caused by Monilinia fructicola. Book of Abstracts Botryscleromoni 2025, Tesalónica, Grecia, p. 85. https://hdl.handle.net/20.500.11939/9071