Los frutos cítricos son sensibles a las bajas temperaturas, tanto cuando estas ocurren durante su crecimiento en el campo como durante su conservación postcosecha.
En general, cuando las temperaturas son menores a 4-5 °C existen señales que desencadenan cambios en su metabolismo para adaptarse a una condición de estrés (Lado et al., 2019).
El artículo (accesible en su totalidad en "Fuente", más abajo) explica los daños que ocurren en campo y en almacenamiento, normalmente manchados, y luego analiza las tecnologías que contribuyen a minimizar esos daños.
A nivel de campo es complejo controlar o reducir las bajas temperaturas, existiendo métodos pasivos y activos para minimizar daños tanto en los frutos como en las plantas.
Ante la ocurrencia de un evento de frío severo con presencia de heladas, se recomienda pausar las cosechas por unos días, permitiendo que la fruta afectada exprese sus síntomas en forma de manchas o, inclusive, caiga del árbol antes de su cosecha.
Además, es necesario realizar un relevamiento preciso y a nivel de cuadros o zonas dentro de cuadros de la afectación de la fruta, realizando muestreos para identificar además afectaciones internas, y de esa forma tomar una decisión sobre su cosecha y su manejo posterior (Guimaraes et al., 2024).
En cuanto al frío poscosecha, el que es aplicado a la fruta ya empacada, en INIA Salto Grande, en colaboración con UPEFRUY (Unión de Productores y Exportadores de Frutas del Uruguay), se evaluó el comportamiento de diferentes especies y variedades durante tratamientos de frío postcosecha por períodos extensos (30, 45 o 60 días a 0-1 °C y 80-85 % de HR).
La aplicación de recubrimientos postcosecha (compuestos por goma laca, carnauba o polietileno, en diferentes combinaciones) es una herramienta muy eficaz para minimizar los manchados y prevenir el daño por frío, DF, postcosecha. Es importante lograr una buena cobertura con el producto para alcanzar los efectos deseados, a la vez que reducen la deshidratación y pérdida de peso de los frutos (Fernández, Scaparoni, et al., 2021; Lado et al., 2024).
A nivel nacional, se evaluaron diferentes formulaciones, mostrando distintos niveles de eficacia para prevenir los síntomas (Figura 4 del documento original).
Por otro lado, la aplicación de un antagonista del etileno (hormona asociada con la maduración y senescencia de los frutos), el 1-Metilciclopropeno (1-MCP), cuando es aplicado previo o posterior al proceso en línea de empaque, es efectivo en reducir los síntomas de daño por frío durante el transporte, especialmente en variedades con mayor susceptibilidad al DF como en pomelos o naranjas Navelina o Washington Navel (Manzi et al., 2022; Salvo et al., 2021)(Figura 5).
Como recomendación general para variedades y lotes sensibles, es clave priorizar el proceso, minimizando el tiempo entre la cosecha y el encerado. Además, se sugiere realizar el enfriamiento previo en cámara convencional en lugar de túnel de aire forzado y, en caso de tener que utilizarlo, es conveniente realizar un descenso de temperatura progresivo y estratificado, con alternancia de la dirección del flujo de aire, para evitar un choque térmico entre la temperatura del fruto y la del túnel.
Durante el enfriamiento y la conservación refrigerada es necesario mantener un alto porcentaje de humedad relativa para evitar la deshidratación de los frutos y el aumento de la sensibilidad (Fernández, Pérez, et al., 2021).
Los cítricos son sensibles a las bajas temperaturas, tanto en campo (precosecha) como durante el almacenamiento (poscosecha). Existen diversas tecnologías para contribuir a minimizar este problema, entre ellas, la aplicación de recubrimientos (ceras) resulta de las más efectivas y sencillas de incorporar en el empaque, siendo necesario lograr una aplicación efectiva y homogénea.
La aplicación de 1-MCP previo al transporte puede contribuir a reducir los síntomas, especialmente en variedades más sensibles y se recomienda un enfriamiento previo a la conservación o envío progresivo y estratificado, sin velocidades de aire excesivas para minimizar potenciales efectos negativos en la manifestación de síntomas de DF postcosecha.
Las bajas temperaturas desafían a los frutos cítricos: Te presentamos algunas tecnologías para minimizar los daños
Joanna Lado, Gerónimo Fernández, Ana Inés Moltini, Candela Yorio, Mauricio Sbres, Pedro Pintos (2025). Revista INIA - Nº 83: 74-83
https://ainfo.inia.uy/digital/bitstream/item/18565/1/Revista-INIA-83-Diciembre2025-17.pdf
La imagen principal es la Fig. 2 del artículo original - Síntomas de DF durante el almacenamiento a 0 °C de naranjas (izquierda) y limones (derecha).