En un momento en que las grandes cadenas de distribución y el consumidor final exigen cada vez más transparencia y respeto medioambiental, Grupo Giró vuelve a adelantarse a la tendencia con una doble apuesta que combina innovación en packaging y músculo productivo. La compañía, con más de un siglo de trayectoria suministrando soluciones integrales de pesaje, envasado y etiquetado para fruta y verdura, ha presentado una ampliación de su gama de mallas compostables Girbio junto con la inauguración de una moderna planta de maquinaria en Alzira, Valencia. Con estas medidas consolida su estrategia "for a better planet", basada en envases de menor impacto y equipos cada vez más eficientes.
Las dos novedades llegan en un momento decisivo para la industria hortofrutícola, marcada por reglamentos europeos más estrictos en materia de envases y por la presión de los retailers para reducir la huella de carbono de toda la cadena de suministro. El grupo catalán responde con un catálogo que abarca desde mallas de biopolímero certificadas hasta sistemas de pesaje de alta precisión y embolsado automático, todo respaldado por servicios de ingeniería de aplicación y asistencia técnica global. De esta forma, Giró refuerza su posición como socio tecnológico capaz de acompañar a los operadores en la transición hacia modelos de economía circular.
La línea Girbio, disponible hasta ahora en beige, naranja y amarillo limón, suma un cuarto color que responde a la demanda de diferenciación en el punto de venta sin renunciar a la sostenibilidad. Todas las mallas poseen el certificado de compostabilidad industrial de TÜV Austria, lo que garantiza que envase, cordón y etiqueta pueden convertirse en compost en condiciones controladas, facilitando la economía circular. El nuevo burgundy mantiene las prestaciones mecánicas y visuales que han consolidado a Girbio como una de las soluciones de referencia para fruta y hortaliza envasada, a la vez que ofrece a los supermercados una estética premium alineada con las paletas cromáticas de los lineales gourmet.
Más allá de las mallas, Giró comercializa un portfolio completo que incluye pesadoras multicabezal de alta velocidad, embolsadoras verticales y horizontales, sistemas de termosellado, etiquetadoras y software de trazabilidad. Todos los equipos están diseñados para integrarse de forma modular, lo que permite configurar líneas compactas para pequeñas centrales o plantas completamente robotizadas con capacidad de hasta ciento veinte envases por minuto. La compañía también suministra film impreso, etiquetas sostenibles y consumibles adaptados a los distintos formatos de malla (Girsac, Ultrabag, Clip2Clip, etc.).
Giró ha inaugurado una instalación de 7800 metros cuadrados, frente a los 3500 de su fábrica anterior, dedicada a la fabricación de pesadoras, envasadoras y equipos complementarios. Aunque la factoría todavía no está al máximo de su capacidad, supone un salto en modernidad, eficiencia y logística que permitirá atender con mayor rapidez los proyectos de automatización de centrales hortofrutícolas. Las nuevas líneas incorporan robots pick and place, estaciones de soldadura láser y almacenes automáticos que reducen los plazos de entrega y mejoran la calidad final.
Con más de cien años de trayectoria, Grupo Giró mantiene su apuesta por soluciones respetuosas con el medioambiente y por un servicio cercano al cliente. La ampliación del catálogo Girbio y la nueva planta valenciana confirman que la compañía no se detiene en su objetivo de ofrecer envases y maquinaria que combinen rendimiento técnico y sostenibilidad. El mensaje es claro, Giró mira al futuro sin olvidar su legado y se posiciona para liderar los retos de una cadena hortofrutícola cada vez más exigente.